
Hace semanas atrás caminando por las calles de Temuco y pueblos de la IX región no dejó de llamarme la atención de algunos rayados en las calles, concernientes a recuperación de tierras. Mi pregunta es si realmente el llamado “conflicto Mapuche” trascendía a los conflictos de la CAM (coordinadora Arauco Malleco que en 1997 da un inicio a la recuperación de tierras) con hechos de quema a fundos y forestales, junto a grupos dedicados al control territorial.
Desde mi punto de vista no voy a decir que es importante tener en cuenta lo que la constitución explica como Nación y cosas parecidas (auque si es importante).La IX región actualmente es una de las regiones mas pobres de chile, el índice de desempleo está por las nubes superando un 10%, pero algo extraño ocurre allá, ganó el SÍ, la mayoría de las cabezas comunales son de derecha y para una economía basada principalmente en la agricultura y ganadería, hace mucho tiempo dejó de ser sustentable en el tiempo.
Lo importante es tener en cuenta si la situación en la araucanía se extrapone no solo con las comunidades en conflicto, si no con las políticas que han asumido los últimos gobiernos de la concertación respecto al tema, algo tan “simple” como hablar del tema “indígena” es particularmente complejo, ya que al utilizar esa palabra se parte de una identidad particular, que se define a partir de un criterio colonial de los estados que definen lo indígena por sobre las distinciones étnicas o nacionales particulares (mapuches, aymaras, quechuas ,etc).
André Mehard en “La noción de raza en el discurso político mapuche, antecedentes y transformaciones” presenta la complejidad de la palabra “raza”, ya que esta palabra está cargada de resonancias históricas que arrastra una ambivalencia en su uso. Sinónimo y alter ego perverso del término Etnia, la palabra “raza” no deja de operar explícita o implícitamente en el ámbito político de la Interculturalidad (y sus declinaciones como multiculturalidad, la etnicidad, la nacionalidad, el etnonacionalismo, etc.) Si nos remitimos a la historia, notamos que el proceso de conquista política y militar del territorio mapuche, la llamada Pacificación de La Araucanía, coincidió con del racismo científico y con la serie de teorías raciológicas, si embargo a partir del primer aniversario de la independencia, hubo una revalorización del mestizaje en tanto base identitaria nacional. Este discurso raciológico es integrado a los primeros dirigentes mapuches post-reduccionales, la noción de raza viene a ocupar el espacio de una soberanía territorial perdida, funciona como el horizonte trascendente que justifica las demandas políticas de tierra, ,justicia y educación, De esta forma podemos sugerir que la reivindicación cultural por esos años no se basaba en un postulado puramente ideológico o doctrinario, o en un sistema de creencias o un conjunto de instituciones determinadas, a imagen de ciertas concepciones culturalistas que tienden a definir la identidad como un fin político en sí mismo. Si no que se referían a un sustrato conceptual de otro orden, en el que el acento no estaba puesto en lo religioso y tradicional como en lo propiamente corporal (entendiendo el cuerpo como una construcción social y el fruto de una serie de concepciones culturales particulares) Aparece entonces un cuerpo o una corporalidad mapuche anterior e inmanente a la cuestión territorial o cultural y sus vicisitudes, esta corporalidad encarna en la noción de raza. Todo esto mezclado con la desposesión territorial y de arreduccionamiento que implicó un cambio profundo en la economía de la identidad por el registro y la administración del nombre propio de los nuevos ciudadanos. Se inscribieron tierras como propiedades individuales y se instauró el sistema de registro civil.
Desde mi punto de vista no voy a decir que es importante tener en cuenta lo que la constitución explica como Nación y cosas parecidas (auque si es importante).La IX región actualmente es una de las regiones mas pobres de chile, el índice de desempleo está por las nubes superando un 10%, pero algo extraño ocurre allá, ganó el SÍ, la mayoría de las cabezas comunales son de derecha y para una economía basada principalmente en la agricultura y ganadería, hace mucho tiempo dejó de ser sustentable en el tiempo.
Lo importante es tener en cuenta si la situación en la araucanía se extrapone no solo con las comunidades en conflicto, si no con las políticas que han asumido los últimos gobiernos de la concertación respecto al tema, algo tan “simple” como hablar del tema “indígena” es particularmente complejo, ya que al utilizar esa palabra se parte de una identidad particular, que se define a partir de un criterio colonial de los estados que definen lo indígena por sobre las distinciones étnicas o nacionales particulares (mapuches, aymaras, quechuas ,etc).
André Mehard en “La noción de raza en el discurso político mapuche, antecedentes y transformaciones” presenta la complejidad de la palabra “raza”, ya que esta palabra está cargada de resonancias históricas que arrastra una ambivalencia en su uso. Sinónimo y alter ego perverso del término Etnia, la palabra “raza” no deja de operar explícita o implícitamente en el ámbito político de la Interculturalidad (y sus declinaciones como multiculturalidad, la etnicidad, la nacionalidad, el etnonacionalismo, etc.) Si nos remitimos a la historia, notamos que el proceso de conquista política y militar del territorio mapuche, la llamada Pacificación de La Araucanía, coincidió con del racismo científico y con la serie de teorías raciológicas, si embargo a partir del primer aniversario de la independencia, hubo una revalorización del mestizaje en tanto base identitaria nacional. Este discurso raciológico es integrado a los primeros dirigentes mapuches post-reduccionales, la noción de raza viene a ocupar el espacio de una soberanía territorial perdida, funciona como el horizonte trascendente que justifica las demandas políticas de tierra, ,justicia y educación, De esta forma podemos sugerir que la reivindicación cultural por esos años no se basaba en un postulado puramente ideológico o doctrinario, o en un sistema de creencias o un conjunto de instituciones determinadas, a imagen de ciertas concepciones culturalistas que tienden a definir la identidad como un fin político en sí mismo. Si no que se referían a un sustrato conceptual de otro orden, en el que el acento no estaba puesto en lo religioso y tradicional como en lo propiamente corporal (entendiendo el cuerpo como una construcción social y el fruto de una serie de concepciones culturales particulares) Aparece entonces un cuerpo o una corporalidad mapuche anterior e inmanente a la cuestión territorial o cultural y sus vicisitudes, esta corporalidad encarna en la noción de raza. Todo esto mezclado con la desposesión territorial y de arreduccionamiento que implicó un cambio profundo en la economía de la identidad por el registro y la administración del nombre propio de los nuevos ciudadanos. Se inscribieron tierras como propiedades individuales y se instauró el sistema de registro civil.

Otro punto de reflexión es la dificultad de definir criterios étnicos y raciales ya que estas clasificaciones siempre se remiten finalmente al problema de la “condición mestiza” de Latinoamérica, condición a la vez biológica y retórica (por no decir cultural) la noción de mestizaje se refiere a una categoría racial asociada a la filiación (y organizada durante la colonia a través de castas) pero que ha sobrevivido en el tiempo. Para Guillaume Boccara la mesticidad de la cultura mapuche corresponde a una apertura a la historia y al otro (lo wingka), con esto podemos decir que la pervivencia metafórica de la noción de mestizaje implica la vigencia de una imagen también metafórica del cuerpo para pensar los fenómenos sociales. Es en este Movimiento entre el cuerpo y sus metáforas que se desarrolla la reflexión racial.
Aún se está esperando el reconocimiento constitucional de los diferentes pueblos indígenas, proyecto de ley mas viejo que el hilo negro, además la mayoría de los políticos no integra en su discurso algún dejo siquiera de multiculturalidad ni soñar siquiera con una interculturalidad, siempre hablan de que “todos somos chilenos” y nadie puede ser distinto, con razón en Puerto Montt quemaron un campamento gitano, en todo caso la mayor parte de la población mapuche no está en la IX región, si no en santiago, con casi un 80%, en todo caso las identidades son distintas, se habla de una identidad urbana distinta y diversa. Hace un año atrás venía en el metro y unos muchachos sentados al frente mío iban a una protesta por la muerte de Matias Katrileo, eso supe, porque cuando salía por el metro y había demasiada tanta gente, que me entre la marea humana, huía de los guanacos, me sorprendió eso si que solo una persona pusiera sus pies en la alameda y la represión fue grosera, menos mal que vivía cerca de plaza Italia, pero tuve que ayudar a una señora que casi se me desmaya (otro punto a reflexionar, ¿porque tanta represión en las protestas en los gobiernos de la concertación?, independientes de los desubicados de siempre, que hacen mierda el mobiliario publico y son las pesadillas de los negocios pequeños)
Pero no solo lo mapuche ¿y lo Aymara? Pero sobre todo lo Rapa Nui…
Cambio y Fuera.
Aún se está esperando el reconocimiento constitucional de los diferentes pueblos indígenas, proyecto de ley mas viejo que el hilo negro, además la mayoría de los políticos no integra en su discurso algún dejo siquiera de multiculturalidad ni soñar siquiera con una interculturalidad, siempre hablan de que “todos somos chilenos” y nadie puede ser distinto, con razón en Puerto Montt quemaron un campamento gitano, en todo caso la mayor parte de la población mapuche no está en la IX región, si no en santiago, con casi un 80%, en todo caso las identidades son distintas, se habla de una identidad urbana distinta y diversa. Hace un año atrás venía en el metro y unos muchachos sentados al frente mío iban a una protesta por la muerte de Matias Katrileo, eso supe, porque cuando salía por el metro y había demasiada tanta gente, que me entre la marea humana, huía de los guanacos, me sorprendió eso si que solo una persona pusiera sus pies en la alameda y la represión fue grosera, menos mal que vivía cerca de plaza Italia, pero tuve que ayudar a una señora que casi se me desmaya (otro punto a reflexionar, ¿porque tanta represión en las protestas en los gobiernos de la concertación?, independientes de los desubicados de siempre, que hacen mierda el mobiliario publico y son las pesadillas de los negocios pequeños)
Pero no solo lo mapuche ¿y lo Aymara? Pero sobre todo lo Rapa Nui…
Cambio y Fuera.
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