
El vómito en su infinito aplastante ya no sabe de mentiras,
como si el capullo del caracol se hubiera hinchado y remendado por si solo.
La muñeca no está rota; está sangrando cada mes
De sus ovarios salen muñecos desechables como una cándida respuesta al tiempo de espera que ha terminado.
Era como todos y borró las lápidas de la pared,
Mientras los muñecos ahorcados resucitaron entre los libros.
como si el capullo del caracol se hubiera hinchado y remendado por si solo.
La muñeca no está rota; está sangrando cada mes
De sus ovarios salen muñecos desechables como una cándida respuesta al tiempo de espera que ha terminado.
Era como todos y borró las lápidas de la pared,
Mientras los muñecos ahorcados resucitaron entre los libros.
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