La filósofo y activista queer Beatriz Preciado, autora del ‘Manifiesto contra-sexual’, ha dirigido diversos proyectos sobre la representación del sexo. Según Preciado, vivimos en un nuevo régimen, el capitalismo farmacopornográfico. En su último libro, Testo yonqui (Espasa Calpe, 2008), describe un nuevo capitalismo farmacopornográfico, a la vez que relata su experimentación con la testosterona ( es una performance donde se inyecta testosterona). Su próximo trabajo será una relectura filosófica de la historia de la pornografía, “un prisma extraordinario para entender la construcción del cuerpo, del placer y de la identidad sexual”.
El post porno enseña que la pornografía es una cuestión esencialmente política. “No hay pornografía sin un contexto legal que defina los límites de lo que es públicamente visible. Comparte con el movimiento punk un cierto gusto por el feísmo, una estética barata y anticonsumista y la conciencia de que buena parte de la batalla política se libra en el cuerpo”, sentencia Beatriz Preciado.
El post porno nació en Estados Unidos en la década de los años noventa, relacionado con el activismo queer (movimiento de resistencia a la heterosexualidad dominante) y el post feminismo. Artistas como Annie Sprinkle, que participará en Arteleku, artista y ex actriz porno, Bruce Labruce (porno revolucionario o agitporn), Emilie Jouvet (porno queer), o Shu Lea Cheang (porno experimental) han convertido el género en un punto de referencia de la otra conciencia pornográfica.
Acá dos buenos artículos sobre el pornoterrorismo en el País y Público.

Leí que en la pornopolítica la lluvia dorada es algo propio de los pequeños burgueses, ansiosos de cualquier esclavitud; mientras que la lluvia negra es propia de los espíritus revolucionarios. En este último caso incluso, los más empecinados coprófagos (comemierdas), desempeñan el rol de una vanguardia al estilo leninista.
ResponderEliminarshu ni pensar en la sonrisa del payaso para los que votan nulo.
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