kimün
kimün debe estar cercana a los dos años de edad y es hija de la dirigente Meulén Huencho de la Alianza Territorial Mapuche que el 26 de Julio pasado se tomaron la sede de la UNICEF como forma de protesta por el
maltrato del que fueron partes niños y niñas por parte de fuerzas especiales en
la Araucanía, todo esto luego se prolongó en el silencio obtuso de los
embajadores chilenos de la UNICEF que semanas más tarde no les quedó otra que
referirse a la toma porque eran criticados de forma masiva en las redes
sociales, quise ir a la toma un domingo cuando era el mentado día del niño
comercial me movilizaba el ser de la región, mis simpatías con la toma y porque
en este último semestre me tocó trabajar en la comuna de Ercilla ,donde me tocó
presenciar cómo se vive con un pueblo poblado de carabineros, donde los niños
juegan en las calles con armas de juguete persiguiéndose y comunidades
indígenas que no pertenecen al sector en conflicto pero quizás más afectadas
por problemas cotidianos como falta de agua y que la municipalidad venga cada 15
días a dejarles unos míseros litros, falta de trabajo, un municipio con
demasiadas exigencias en diversos rubros y pocos recursos no solo económicos…
En
Santiago es distinto ver el conflicto de lejos, es más me llama la atención el
mayor apoyo o resonancia sobre la temática que en la propia región donde sus
habitantes ven lo que sucede como si se les dijera que va a llover de nuevo, en
todo caso estamos hablando de una región donde ganó el SI, Lavín tuvo una alta
votación y Piñera ganó por más de un 60 % y por otro lado es una región y así
lo confirma la recién salida del horno nueva CASEN como una de las más pobres
de Chile.
Ese
día los representantes Mapuches hacían un Llellipun, las personas las miraban
pasar, los que se quedaban miraban con respeto, los danzantes del purrum
hablaban sobre de donde provenían que un joven de Traiguén y el más anciano de
Nueva Imperial, atrás unos fotógrafos hablaban sobre credenciales personales
sobre quien había fotografiado mas el
conflicto y unas señoras discutían acaloradamente que se tuvo que hacerlas
callar más de una vez mientras las micros de dos pisos que recorren la ciudad
con turistas pasaban despacito como para mostrar la acción como acto turístico
casi folclórico.
Los
pocos niños y niñas que quedaban dibujaban, dormían en brazos de sus padres o
saludaban a kimün desde el otro lado de las rejas y pensaba si kimün se
acordaría de esta su primera toma, si a lo largo de su vida haría más tomas o
actos reivindicativos, que de cierta manera me hubiera gustado que kimün hubiera estado desde el otro lado de la reja, solo jugando, durmiendo en los
brazos de su madre o pidiendo que le pasaran un globo para poder jugar…
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